El próximo Jueves 1 de Marzo tendremos una luna llena en Virgo. En su polo opuesto, Sol, Mercurio, Venus, Neptuno y Quirón en Piscis… Una gran oportunidad de sanar el eje Virgo-Piscis, o llamado de otra forma, el eje Cielo-Tierra.
La luna en Virgo nos envuelve con el cuidado, la reparación, la sanación, la conexión con la Tierra, la vuelta a la pureza y al orden universal.
Nuestra energía individual forma parte de la colectiva. Somos a la vez Parte y Todo. Somos un fractal de la divinidad. Somos océano y gota de agua. En nuestro interior está el Todo y al mismo tiempo nosotros somos una parte de la Totalidad. Esa es la gran paradoja. Lo vemos al levantar una Carta Natal. Todo el cielo está contenido allí, aunque nuestra semilla única solo puede integrar, manifestar una parte.
La luna en virgo nos hace sentir la imperfección de esa separación del Todo. Nos vemos llamados a reparar algo, a buscar lo perfecto y completo, sin saber que lo que somos ya es en sí perfecto y completo. El sólo hecho de existir, de encarnar en la Tierra, ya contiene toda la divinidad. Malgastamos tanto tiempo y energía intentando reparar lo irreparable que a menudo nos perdemos en el intento…
La Vesica Piscis, como toda la Geometría Sagrada nos está hablando de ese eje Piscis-Virgo. La toma de conciencia de que somos el absoluto y a la vez somos una ínfima parte no es fácil de asumir para nuestra conciencia dual.
Piscis nos lleva a diluirnos en el Todo, a cerrar ciclos, a abandonar nuestra individualidad. Con 4 planetas más Quirón, la herida original, en este signo es tiempo de soltar, de cerrar, de diluir una océano de emociones y memorias que resuenan en el inconsciente personal y colectivo de 2000 años de Patriarcado.
La Luna en Virgo nos muestra que ese camino de sanación, de restitución del origen, pasa por el retorno al Sagrado Femenino. Al gran útero celestial de dónde todos provenimos, a la Diosa Virgen mantenida por siglos en ‘segundo lugar’, desterrada por un concepto de Dios masculino autoritario y castigador, es el retorno a la pureza de nuestra esencia, cuidadora y limpia, libre de máscaras y ornamentos, de imposiciones antiguas que generación tras generación han ido programando el inconsciente colectivo representado por la energía pisciana.
Sanar no es otra cosa que restituir al Ser original que somos. Esta luna en Virgo nos invita a conectar con esa esencia original y pura para poder así entregar una nueva semilla que florezca nueva y armoniosa en esta Tierra madre a la que pertenecemos. Que honre de nuevo el ser completo que somos, yin y yang, femenino y masculino sagrado por igual. Una gota de agua transparente, pura y cristalina que retorne a ese océano regenerada y limpia.
Yo te invito en esta luna llena a conectar y a visualizar con esta imagen de la Vesica Piscis. Un mandala antiguo y poderoso, que contiene la alquimia virginiana y pisciana. El Todo y la Parte. El Sagrado femenino en su digno altar de nuevo.