
Cástor y Pólux son los gemelos mitológicos, estrellas en la constelación de Géminis que nos relatan la historia de dos hermanos nacidos de la misma madre ( Lena ) pero de distinto padre. Uno es hijo de Zeus y por tanto inmortal. El otro es hijo de hombre y por tanto mortal.
Esas dos partes conviven juntas en el arquetipo geminiano. La terrenal y la divina. La superflua y la trascendente. De nuevo el cielo y la tierra . La dualidad como característica intrínseca al ser humano.
Esta luna nueva en Géminis nos da la oportunidad de evaluar, considerar y abrazar nuestras contradicciones. Y también de darnos la oportunidad de volver a ser niños.
El niño dorado que juega, descubre, curiosea y siente la alegría de estar vivo, de tener miles de oportunidades distintas, de permitirse disfrutar de los momentos compartidos, de jugar a prueba y error, de dejar de ser tan serio… Porqué como dijo alguien, no vamos a salir vivos de aquí. Así que también es lícito, necesario y humano, jugar con la vida y divertirse con ella.
En esta luna nueva tenemos la oportunidad de contemplar opciones que quizás hasta ahora no habíamos tenido en cuenta. Géminis es curioso. Le gusta experimentar, cambiar, moverse de un lado al otro.
Su opuesto, Sagitario, es una flecha directa hacia el propósito que se ancla en una sola idea y la sigue hasta el final. Géminis en cambio contempla las dos caras de la moneda. A veces necesitamos salir de nuestras fijaciones para entender que la vida es tan diversa como seres humanos hay en ella.
Esa flexibilidad geminiana nos permite ver el Universo como en un caleidoscopio, con múltiples formas y colores, con distintas opciones. Si somos capaces de hacerlo, quizás entonces encontraremos con más claridad un foco claro al que dirigirnos. Quizás distinto del que hemos tenido hasta ahora. Es lícito cambiar. Es inteligente hacerlo.
Géminis considera que si nos quedamos en solo ángulo de visión nos perdemos muchas oportunidades. Quizás para encontrar tu foco sagitariano tengas que evaluar primero muchas propuestas. Esta luna nos invita a hacerlo.
Para que Hermes, el mensajero de los Dioses, vinculado también a Géminis, nos traiga toda la información que necesitamos, toda la sabiduría que el campo contiene para nosotros, que nos releve nuestras verdades y nos llene de certeza para comunicar nuestra verdad sin para ello negar la del otro.
Que esta luna nos inspire entendimiento y nos ayude a suavizar el juicio hacia nuestra propia dualidad. A entender que somos humanos y divinos al mismo tiempo, y no podemos ser ni una cosa ni la otra todo el tiempo, sino alternarlas como nos explica el mito de Cástor y Pólux.