
Estamos en un momento convulso, es evidente. Y una luna llena en Aries nos conecta con nuestro Yo más salvaje, auténtico y visceral. Con nuestras necesidades emocionales primarias. Con el fuego de la rabia, el instinto de supervivencia, el deseo de atender nuestra individualidad, atenderNOS, de no someternos y de sentirnos independientes.
Mientras el Sol en Libra nos habla del otro. De tenerlo en cuenta. De alcanzar el equilibrio a través de esa balanza que tiene que ver con lo justo y equitativo. Con la justa medida entre el dar y el recibir. Entre tu y yo. Entre mis deseos y los tuyos.
Pero esa balanza que representa Libra nace en realidad de las pinzas del Escorpión. Pertenece a la misma constelación astronómica, con todo lo que conlleva…
Siempre se le reconoce a Libra como esa energía dulce, venusina, diplomática y artística, pero poco se habla de que es un signo Cardinal nacido de las pinzas del escorpión. Su fuerza va mucho más allá de lo aparente.
Por tanto, hay toda una faceta libriana que no es ni tan dulce ni tan diplomática: Es la Ley. El Contrato. Lo ‘atado y bien atado’. Hay poca dulzura y arte en eso. Pero también forma parte de la energía libriana. Y hoy, más que nunca se pone en evidencia.
Porqué en esta lunación, Venus, que es regente de Libra, acaba de entrar en Escorpio, dónde también se encuentra Mercurio; y esas pinzas librianas se ven activadas con la potencia de Plutón, ya directo, en Capricornio.
Aries-Libra es el eje relacional. Y lo que está en jaque son las relaciones personales y sociales. Sí. Sociales. No solamente los romances y las parejitas, sino también los temas jurídicos y legales. Es decir, sentencias y juicios. Debates sobre legalidad. Y en mi país, Catalunya, en eso estamos.
Cuando hablamos de Escorpio, hablamos de Transformación. Pero, ¿qué significa transformar?. Dar una nueva forma. Es decir, romper, quebrar, matar la forma existente, para que pueda renacer una nueva. En este caso, una nueva forma de relacionarnos. Más justa, más equitativa, más armónica, más libre. Porqué no debemos olvidar que esa Venus está además en oposición a Urano. Por tanto, el deseo de liberarse, de romper y terminar con el dolor es incontrolable.
Si no hay equilibrio entre el dar y el recibir, entre mis deseos y los tuyos, si no hay respeto, ni reconocimiento, si solo nos negamos el uno al otro, si nos resistimos a tranformar la LEY porqué la ‘endiosamos’ más allá de las necesidades reales humanas, entonces se rompe la balanza, se rompe la baraja de juego y las reglas, y nace el conflicto: la lucha ariana emerge con toda su fuerza, su rabia y su necesidad de auto-afirmación.
Ambas luminarias, Sol y Luna, se encuentran en cuadratura con Saturno y Plutón en Capricornio: el viejo paradigma, el patriarcado obsoleto, el poder sin empatía, el ‘sistema’, la ‘matrix’… dando sus últimos coletazos, como un gigante que se tambalea pero mientras cae va desolando a sus pies todo lo que pisa. Plutón derriba lo que Saturno intenta sostener. A mayor resistencia al cambio, mayor dolor y mayores son los efectos colaterales.
La energía escorpiana representada también por Mercurio y sobretodo Venus, nos conecta con esa lucha de poder, con las mentiras, las cloacas de los estados, con las bajezas del periodismo (Mercurio) manipulador al servicio de esos poderes en decadencia. Mentiras para enfrentar, mentiras para conseguir un fin oscuro.
No es un panorama demasiado luminoso, la verdad. Pero es el que es. Y a cada uno de nosotros nos toca lidiar con nuestros propios demonios y gigantes. Con nuestra luz y nuestra sombra. Con nuestras emociones más salvajes y nuestra necesidad de convivir con las del otro. En cada carta, en cada individuo, se mobiliza la energía en función de tu zona y nivel de conciencia.
Igual hay algún ‘contrato’ que romper, que revisar. Igual sientes que ya no puedes seguir relacionándote de la misma forma que lo hacías hasta ahora. Con alguien o con algo. Igual aparecen todos los miedos del mundo a cambiar ese patrón relacional. O igual necesitas quebrar (Plutón) esa cuadratura, esa contradicción interna, poniendo límites (Saturno) serios y contundentes a una situación insostenible.
En cualquier caso, esta luna nos convoca a todos removiéndonos hasta las entrañas, y quizás necesitaremos respirar a fondo para extraer lo mejor de ella, su fuerza, su valentía y su determinación para defender lo que creemos justo, sin perder nuestro centro de equilibrio, sin dejarnos llevar por la rabia.
Tener el valor de sumergerte en su fuego y quemar las naves para re-inventar un nuevo equilibrio. Respirar y conectar con tu energía kundalini para elevar ese fuego a la conciencia y sostener en tu propia balanza todo ese poder transformador.
Hay dos frases de Ghandi, que describen bien la naturaleza de esta lunación
‘La Violencia es el miedo a los ideales de los demás’
‘Un cobarde es incapaz de mostrar Amor, eso está destinado a los valientes’