La energía Sagitariana nos empuja siempre a descubrir, a salir de nuestra zona conocida para ir más allá. Descubrir el mundo y la vida desde otra mirada. Más amplia, más ancha, más alta.
La Luna siempre nos remite a la emoción. A la vulnerabilidad del niño que todos llevamos dentro. Y en esta luna nueva, hay un nuevo viaje que puede fecundarse en nuestro interior.
El viaje sagitariano no es un viaje de turismo. Es una búsqueda. Es el fuego interior que los humanos llevamos dentro para querer comprender a través de la experiencia (no del intelecto) qué sentido tiene la Vida. Aquello a lo que llamamos propósito. Y cuándo es la luna quien está naciendo de nuevo, nos habla de conectar con esa llama inicial con la que nacimos.
Todos necesitamos algo en lo que creer. Todos. Incluso quienes afirman no creer en nada, eso también es una creencia. Los valores que a menudo heredamos y validamos como propios conforman nuestra sistema de creencias. Y en eso, basamos todos nuestros actos.
Pero en pocas ocasiones conectamos realmente con nuestra Verdad interior. Puro fuego. Más allá de lo que nos han explicado. De la idea que nos hemos formado sobre el mundo, sobre nosotros, sobre la vida. Y esta luna nos da la ocasión de hacerlo.
La Humanidad ha estado siempre buscando esas respuestas a través de los grandes sabios, Maestros, gurús… Pero los tiempos cambian y evolucionan. Y estamos en un momento en el que cada uno de nosotros tiene que descubrir su propio gurú interno. La Maestría que nos es dada por derecho propio.
Sí, es precioso abrazar a Amma. Pero siento que lo que toca ahora es abrazarnos entre nosotros. Abrazar a tu madre, a tu padre, a tu amigo, a tu hija. Aprender que es tiempo de emanciparnos también espiritualmente, De crecer y expandirnos más allá del Dogma. Porqué está todo más que dicho y explicado. Ahora lo que toca es ponerlo en práctica.
Esta Luna nueva lleva la semilla del Propósito. Del tuyo. Y si has podido desenmascarar tus condicionamientos ocultos durante el periodo escorpiano, tendrás todavía más clara esa visión. Sentirás hacia dónde dirigir tus pasos.
Sino ha sido así, no te preocupes, todavía estás a tiempo (siempre lo estamos). Júpiter, regente de esta lunación, está transitando los últimos grados de Sagitario. Júpiter es Zeus. Considerado Dios de Dioses por la cultura greco-romana que nos precedió. Así que en nuestro inconsciente colectivo sigue siendo una referencia de lo divino. Y respondemos a sus movimientos como fractales de esa divinidad.
Cuando los gigantes como Júpiter, transitan los últimos grados de los signos, acostumbran a movilizar mucho. Cómo si de una traca final se tratara. Se dejan sentir. Y al mismo tiempo Mercurio y Marte siguen su curso todavía en Escorpio, éste último con la oposción de Urano que nos dice: hazlo distinto esta vez, sal del victimismo, libera tu patrones tóxicos, mira la herida sin apegarte a ella…
Así que si te muestras disponible, todavía tenemos mucho que descubrir… Tu propia Verdad. Tu Fe en ti misma y en tu capacidad de aportar al mundo tu propia maestría. Tu capacidad de crecer, de expandirte, de ser abundante y creadora de tu realidad. Tu condición divina y tu condición humana fusionadas en una. Esta luna te dice, si lo puedes sentir, lo puedes atraer.
A mí esta lunación me trae una semilla preciosa. Un viaje anhelado a Jerusalem, al orígen de nuestra conciencia crística para fin de año. Con Júpiter ya en Capricornio… Manifestando la divinidad.
Que tu viaje te traiga tu Verdad, la tuya. La que te pertenece por derecho divino. Que la puedas sentir germinar, crecer y finalmente entregar al mundo.
Astrologia Consciente 